Tuesday, October 27, 2009

Stones throw (y no, aquí no hablo de la discográfica)

El PP sigue de crisis intestina, cada día un poquito más. Ahora Manuel Cobo (número 2 y escudero de Gallardón) ha saltado del todo, se le ha ido la pinza y va a las claras y con menos pelos en la lengua que una choni en Mujeres, Hombres y Viceversa. Y ha resultado tan hiriente y demagógico como un concursante típico del citado programa. Se marca una entrevista fetén en el diario que tanto bien ha hecho a su partido durante tantos años (al final me voy a acabar creyendo, después de tantos años, que Gallardón es un submarino del PSOE).

Como argumento principal, que lo que diga el de arriba siempre es lo que vale. Aunque el de arriba no sea exactamente el de arriba (Espe es la presidenta de la CAM, Rajoy no es nada). Que un Gobierno regional elegido en las urnas tiene que obedecer todo lo que le digan desde su partido, rechazado por la ciudadanía, porque no somos nacionalistas madrileños. Demagogia de la baratita. No se puede pedir mucho; si tenemos a patanes como ZP y Rajoy llevando los dos grandes partidos nacionales, no se puede pedir mucho del 2º tío más importante del Ayto. de Madrid, la verdad.

Yo comprendo que esté resentido porque intuya (o sepa) que le han estado espiando para malos propósitos (averiguar cosas de él para ver si pueden utilizar algo). Pero no se puede actuar de esta forma en público con gente de tu partido, entre gente de tan alta escala, y menos con armas tan pobres como las exhibidas aquí. Les dice de todo, habla de ellos con desdén... Vamos, una joyita para el periodista, y una hostia más para su partido desde su propio tejado.

1 comment:

Álvaro Quintana said...

Cuánto tiempo sin leerte!!

Una cosa que me llama la atención es el sorprendente grado de autodestrucción al que están llegando ambos partidos. Si normalmente uno decaía mientras el otro se hacía grande, ahora van ambos por una senda de memez y falta de cualquier tipo de orientación que se echan en falta tiempos más "doctrinarios" (no me refiero a Franco, ojo). Al menos los de izquierdas y los de derechas decían cosas más o menos diferenciadas y que se entendían. en fin.